Es posible que algunos de los recién incorporados a Windows 10 os hayáis dado cuenta de que en el administrador de tareas el proceso «System» consume memoria RAM elevada, superando ampliamente 1GB en numerosas ocasiones, y que además es incremental. Bueno, pues en realidad no se trata de un bug ni de un «memory leak», sino de una nueva característica de Windows 10.
Históricamente, Windows escribía un archivo de datos (denominado pagefile en inglés) en el disco duro para almacenar la memoria que en ese momento no estaba siendo usada, especialmente en equipos con escasa memoria RAM. Esto, incluso en un SSD, es una lectura lenta, y provocaba grandes tiempos de espera en el cambio de aplicaciones, por ejemplo. Con los años hemos ido aumentando la cantidad de memoria RAM disponible en los equipos, y desde Microsoft han replanteado la estrategia.
Windows 10 también usa un fichero de datos en el disco, pero a medida que vamos abriendo aplicaciones, el ordenador comienza a comprimir lo que no está siendo usado en ese momento, por ejemplo, una aplicación abierta pero que llevamos 15 minutos sin usar. De esta forma, en lugar de copiar su información en el disco duro, la mantiene en memoria RAM, pero comprimida. A pesar de que volver a ella tiene algo de consumo de procesador al comprimir y descomprimir, es notablemente más eficiente que tener que leerlo desde el disco duro, incluso con un SSD.
El problema es que hace efecto globo, y se va hinchando poco a poco, por lo que al cabo de varios días sin apagar el PC, es posible que dicho fichero alcance varios gigas, siempre y cuando tengamos memoria suficiente.
Al no ser un problema, no hay solución en sí. Es posible cerrar aplicaciones y el proceso se irá deshinchando poco a poco, pero abrirlas posteriormente tendrá un mayor coste de rendimiento que si las hubiésemos dejado abiertas. Recordad, memoria ram sin usar es memoria desperdiciada, no hay nada de malo en usarla, siempre y cuando no se alcancen sus límites.
Los usuarios de Linux y de Mac también cuentan con una tecnología similar desde 2013, cuando se habilitó zram en el kernel de Linux. A pesar de que en el administrador de tareas esta información parezca preocupante, no hay nada que temer ya que en realidad se está realizando una gestión más eficiente de la memoria.